Hendidura cósmica

12 abril 2007

fast and tedius

Casi no siento el cuerpo, viajando a 120 km/h. Casi no siento como es que cada una de mis células están unidas por quién-sabe-qué artilugios milenarios. No entiendo cómo es que no se queda atrás este desasosiego que me persigue. Mi pié toca fondo, y casi con instinto animal esta lata que me lleva da su mejor esfuerzo, 150 km/h, “como alma que lleva el diablo”. Pero el diablo es el que se ha metido entre mis huesos, ese demonio que llamamos tedio.
Ni el viento de la madrugada que responde violento al embate del coche, golpeándome la cara, erosionándome los ojos, puede sacarme esta desazón, íncubus desafiante, eterno celador de esta prisión que me rodea a donde quiera que voy.
Por un instante brevísimo vislumbro la forma de cambiar de realidad, si tan sólo pudiera ir más rápido, que mis átomos pudieran disolverse en el viento, esparcir en el cielo la materia con que estoy hecho, fundirme con el cosmos, pero éste armatoste no da más, tan solo una vuelta brusca al volante…

El flash del radar, ¡mierda! ahora tengo que pagar una multa de transito.
posted by Jorge Luis at 6:21 a.m.

2 Comments:

¿Y en cuánto te salió el chiste?

9:35 a.m.  

Mis multas aún le llegan al dueño anterior.
Asi que aún no se.

8:28 a.m.  

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