Hendidura cósmica
10 agosto 2017
Encontrado por ahí
naciste hecha paisaje con ojos de hierba comenzando el otoño,
piel de luna salpicada de estrellas,
labios de antojo que mojan mi boca en deseo,
recibo el aroma de almizcle de tus valles y busco con cautelosa lengua
su origen,
recorro tus más sensibles praderas,
escalo con dientes montes blancos coronados en miel que mis labios con
fuego derriten,
sabes a cielo y tu vientre a paraíso,
bañas mi lengua de sueños,
droga exquisita brotando de ti,
me transformas a veces en niño y a veces en dios,
soy el animal que lame tu carne viva,
el mismo que devora tu cintura con hambre,
me llenas los ojos, las ganas, los sueños,
y hasta sueño que estoy soñando que te hago el amor.
24 agosto 2014
Lluvia incesante.
06 noviembre 2011
Historia de un tweet.
"Música para imaginar a una acróbata" escribió él en twitter, junto con un link. Verdaderamente pensaba en ella, la imaginaba, la recordaba desafiando la realidad y la gravedad, apoyada en un par de larguísimas telas. Se deleitaba con la música de Bel Canto, mientras la acróbata producía fantasía y belleza en el escenario infinito que había creado para ella dentro de su cabeza.
Enter. El texto fue arrojado al inmenso mar de palabras, algunos pocos followers encontraron esa botella flotando, con un mensaje sin mucho sentido. Aunque no para todos, a ella le hacía mucho sentido.
-¿Pasas por mí? quiero que vayamos a comer para celebrar tu cumple.
-Claro! yo encantado.
Llegó un poco retrasado pero con emoción, con el corazón acelerado, no tanto por el paso apretado para cruzar la plaza. Subió con sigilo las escaleras que conectaban al gimnasio.
La encontró estirándose, le pareció una imagen bellísima, su delgado cuerpo en medio de ese majestuoso espacio. La sonrisa de ella le hizo olvidar instantáneamente el retraso y la pena.
-Siéntate aquí, espérame un momento.
Le extendió un cojín grande sobre el piso de madera, él se sentó obedientemente aunque un poco desconcertado por la petición. El desconcierto fue mayor al ver que ella subía por un par de telas que colgaban justo frente al cojín y se envolvió en un capullo con ellas.
Los primeros acordes de la canción de Bel Canto le dieron vida a la figura que salía del capullo, conforme fluía la música, más y más figuras fantásticas creaba la acróbata a lo largo de las telas.
No salía aún del asombro cuando ella le dijo al oído, feliz cumpleaños.
14 junio 2010
Órbitas vitales.
“Así es esto de las canicas. Algunas te rozan y otras te cambian el rumbo.”
Cuando escuché esta frase estaba a miles de kilómetros de mi casa, en un muelle solitario, con mi mejor amiga. Una noche estupenda, sentados en una banquita de madera, compartiendo recuerdos, cosas, cicatrices. En ésa banquita recibí una operación a corazón abierto para cerrar una vieja dolencia. En medio de la brisa marina, con los pies desnudos en la arena y la luz del amanecer, cambió mi rumbo.
Estos dos últimos años he conocido mucha gente. Incluso ciber-amigos. Aunque suene estúpido (creo que no sólo suena) me gusta mucho una chica que ciber-conozco.
A veces imagino al internet como un gran agujero negro, capaz de torcer las órbitas vitales de los que nos acercamos. Ejemplo de esto es como conocí a July que tal vez en la vida fuera de internet jamás la hubiera conocido. Es una persona fascinante, que me contó historias interesantísimas. O Armando que es el más férreo crítico de mis textos y un gran conversador. Me ha invitado a leer poesía para cuando abra su cafetería, en un país de Sudamérica y jamás nos hemos visto. Espero de verdad poder cumplir ése compromiso.
Todos los que he conocido de alguna manera han cambiado esta curva vital y mis amigos definitivamente me han cambiado el rumbo.
Estoy a punto de emprender un cambio importante en mi vida profesional. Ya lo he intentado sin éxito, pero ésta vez será diferente. Claro, con mi canica favorita.
26 abril 2010
July Joplin
Instalada al centro del improvisado escenario, con un aplomo y destreza de rockstar, July siente la música en cada una de sus células. Aunque pocos la aprecian, la mayoría están enfrascados en discusiones de bar. La banda que la acompaña se contagia de ese entusiasmo por tocar, como si fuera la primera vez. Esa vibra y ganas de cantar le han granjeado el apodado de July Joplin.
Al otro lado del bar, Daniel da largos tragos a su tarro sin desclavar la mirada del escenario, sus vibrantes ojos café no pierden detalle de aquella revelación, un ángel del rock. Take another piece of my heart now baby…
-Gracias banda, gracias por sus aplausos y por estar aquí, en un momento regresamos. Los dejamos un rato con el ¡DJ Markus! ¡Un aplauso por favor, para el buen Markus!
Ella no había sido indiferente a los arpones que soltaba Daniel cada que la miraba. Bajó del escenario y caminó junto a la mesa, a la que él había trepado para bailar. Sus amigas estaban encantadas con la broma. A July le pareció un ser etéreo, la forma en que bailaba, las plumas en su cabello negro y largo, su cuerpo atlético enfundado en una camiseta negra sin mangas. Observó extasiada unos instantes a aquella creatura mística, que se movía poseída por la música, con una gracia deliciosa. Sintió como un relámpago helado cuando él volteó y le clavó la mirada. Ya no bailaba para sus amigas, bailaba para ella.
Le tendió la mano pero July no subió a bailar, ella lo jaló con suavidad hasta que puso los pies en el piso. Contuvo una risita momentánea al darse cuenta que él era más bajito, eso rompió el encanto.
- Eres hermosa… ¿te puedo robar?
- Jajaja ¡claro! Pero si vienes por mí en un caballo.
- ¡¿En un caballo?!
- Sí, en un caballo… blanco.- Dijo, mientras se alejaba divertida-
Daniel había conocido muchas chicas, pero ninguna como ella. Le pareció que el momento que hablaron fue muy breve, pero lo había dejado extrañamente enganchado a ella y esperó con paciencia verla actuar otra vez. De a poco, se fue quedando sólo mientras July Joplin cantaba su segundo set de la noche. Where is my mind?, where is my mind?...
No hacía frío, tal vez por eso, esta vez no estaba molesta de esperar de pie en la banqueta, al retrasado taxi que regularmente la llevaba a casa. Incluso, podría decir que disfrutaba el momento. Justo encendió un cigarro, cuando se detuvo junto a ella Daniel, montado sobre una flamante Harley blanca.
Jorge Luis Anaya.
09 marzo 2009
Espaider
I want to know, have you ever seen the rain?... Apenas mide uno cuarenta y es jorobado. No tiene más de treinta años, rockero a morir.
Se introduce con trabajo en el vagón, le da play a su viejo walkman y canta desafinado I want to know, have you ever seen the rain, comin down on a sunny day?... mientras se abre paso entre los inertes pasajeros que lo miran, algunos extrañados, otros un poco molestos. ¿Qué caso tiene que encienda su walkman y cante si sólo él oye la música en sus audífonos?
Recorre el vagón de arriba abajo un par de veces con un andar extrañísimo, moviendo las muletas y los pies con un ritmo que le ha hecho ganarse el apodo de “Espaider”, cantando y moviendo un poco el cuerpo obedeciendo al rock que lo posee.
Todas las mañanas entre los cientos de bultos, de rostro ausente, ve que viaja un hombre de traje, siempre de pié, siempre impecable, Espaider no sabe como se llama, pero él le ha puesto “el Güero”. No es que les ponga apodo a todos los pasajeros que ve, pero éste lo molesta. Le pone el pie cuando pasa, le pega un chicle masticado en la ropa, lo insulta en voz baja, Espaider no puede oírlo por sus audífonos. Solo mira su sonrisa burlona y esa mirada de desprecio.
Afuera de la estación revolución Espaider juega con un perro en la banqueta, él ríe, el perro se mueve feliz y algunos clientes del puesto de tacos los miran divertidos. Su risa de loco se interrumpe cuando ve entre los que comen al Güero, pero su sonrisa no es la burlona de siempre, es franca y amistosa. Se alerta cuando se acerca.
-Esta chingón tu perro, ¿cómo se llama?
-No sé, me lo encontré aquí hace rato.
-Jajaja, me caes bien cabrón, ¿tienes hambre?
-No.
-Orale, pide lo que quieras yo pago.
-No, yo tengo dinero.
-Jaja! cámara wey!
No es el mismo Güero, éste no usa corbata, usa gorra, tiene la barba crecida de tres días, viste de mezclilla y camiseta. Si no fuera por eso juraría que es la misma persona.
En la última ronda de la noche, en un vagón casi vacío ve al Güero, es demasiado tarde para evitarlo, se han cerrado las puertas. La mirada torva de spaider y su desafinado canto inquietan al Güero.
-Ya estoy harto de verte por aquí pinche fenómeno.
-Chale! Ni que fuera tuyo el metro, es de todos.
-Largate de aquí, hay muchas líneas, no te quiero ver. Es más ¡dame el dinero!.
-Nel, es mío yo lo gané. Vete a la chingada!.
Los pocos pasajeros que viajaban a esa hora sólo miraron el momento que el güero le dio dos puñetazos en la cara y salió rápido al llegar a la estación. Espaider no se quejó, no emitió ningún sonido, sólo se levantó del piso como pudo. No hubo ninguno de los compañeros ambulantes que le “hiciera el paro”.
En su remanso cotidiano afuera del metro revolución, vio en la ventanilla de la patrulla el retrato del Güero. Buscado por clonación de tarjetas bancarias. De inmediato avisó a los policías judiciales que comían sus tacos.
-Estas seguro que es él?
-si, todas las mañanas lo veo. Mañana mismo se los enseño.
Acudieron los policías puntuales a la cita con Espaider y esa mañana apresaron entre un murmullo de inertes bultos que salían de su letargo al ver las armas de los policías.
No traía la barba crecida como en el retrato, ni la gorra, pero que mas da. Tenían al clonador de tarjetas, para llevarselo al jefe.
Espaider, podía ahora trabajar tranquilo y además, ser el héroe entre sus compañeros vendedores. I want to know, have you ever seen the rain?...
Jorge Luis Anaya
02 noviembre 2008
Ofrenda
El que tú te fueras me causo el mismo dolor que si hubieras muerto. Y en cierto sentido así fue.
Quise poner una ofrenda en tu honor, al estilo tradicional, poner en el altar lo que le gustaba “a la muertita”. Pero no encontré donde comprar flores de la risa, el copal de compartir, no pude encontrar las frutas de deseo ni el pan del amor.
Por eso mi ofrenda es así, de palabras, de pensamientos, de recuerdos nítidos en algún lugar preponderante de la gran pila que forman tu imagen, de una sonrisa al tropezarme con ellos.
Una ofrenda en memoria a la persona que hizo de mí un ser diferente, que me llevo por los pasillos más intrincados del amor y el deseo, que desató los resortes de mis sentimientos más animales en ambos sentidos del espectro humano. Irónicamente esta es una ofrenda de muertos a quien me hizo sentir tan vivo. Y que tu legado es parte innegable de lo que ahora soy.
A un año exacto del inicio de este tsunami personal, quiero hacer mías las palabras de Octavio Paz.
Con una máscara de sangre
atravieso tu pensamiento en blanco:
desmemoria me guía
hacia el reverso de la vida.
15 octubre 2008
Medalla al valor
El miedo y yo tenemos una larga historia de antagonismos, me ha perseguido como un fiero perro, a través de esta película que llamamos vida, un perro que luego se reprodujo y sus cachorros cuando los dejé que crecieran también me perseguían.
Uno de esos perros fue el pavor a las agujas, las inyecciones me causaban tanto nerviosismo que pasaba días terribles pensando que ya casi me tocaba la siguiente inyección. Tarde o temprano uno les tiene que hacer frente y vencerlos o morir en el intento. Tal vez no morir, pero si condenarse a ser esclavo de ese miedo, verse reducido a un pusilánime guiñapo de las circunstancias.
Tenia que ser de una forma épica, que quedara constancia, un trofeo, una medalla al valor estampada para siempre en mi piel.
Salí victorioso del cubículo con mi trofeo en forma de símbolo maya, tatuado en mi brazo derecho.
Que más que su significado maya, esta ahí para recordarme que he vencido uno más de los perros fantasmales, que por mi brazo corre sangre de guerreros ancestrales, de una civilización de hombres de ciencia avanzada y artes exquisitas.
Adiós miedo.
04 agosto 2008
Lo que puede hacer un buen par de gafas
29 junio 2008
Ahhh el DF!
15 junio 2008
Tenerte cerca
luz en tu rostro
comprime toda la belleza
brutal del caribe
en un solo instante
tu sonrisa
Un faro inclinado
y un viejo muelle
son testigos
del sol que nace
a media noche
un trocito de tu alma
Una historia infantil
de la mano con tu padre
trae brillantes peces
del color de tu alegría
son gozo inagotable
regalo para mi día
Un aroma silvestre
amigo de la roca
y del viento de la tarde
es murmullo marino
de tu voz cuando cantas
una canción de Milanés
Mirarte cerca
cambia el rumbo de las cosas
colisión innegable
de vitales esferas
tenerte cerca
es un beso de Dios
05 mayo 2008
Pum-pum!, bang-bang!
Observando la calle con la paciencia de un cadáver, sentía como la tristeza se mudaba lentamente a mis ojos. No podría siquiera verme al espejo, con el alma escondida bajo la cama, no quería saber más de la mujeres, no de las que ya conocía al menos... ja!
Por fin llega el Chevrolet oxidado que transporta mi dolor. La última gran conquistadora de mi alma seca, se hace acompañar por ese apuesto y fracasado corredor de bolsa. Mi revólver, más inteligente y capaz que ellos dos, asoma su ojo letal por la ventana. La distancia entre el auto y la puerta de la casa no es suficiente para ponerlos a salvo... Pum-pum!, bang-bang!... Adiós tristeza, hola botella de licor.
Los Esquizitos (1998)
02 abril 2008
Salto al vacío
Es de osados desafiar esa perfección que hay en la blancura, rodeada de monstruos que la custodian con celo religioso. Pueden pasar horas, días, incluso semanas antes de poder acercarme. Siento mucha angustia lacerar el papel con el primer garabato, aunque porte una poderosa arma, una Lamy, por ejemplo. A veces ando todo el día arreando los monstruos hasta que, consigo que se cansen o se aburran –aunque muchas veces me sucede a mi primero- es entonces cuando me dejan espacio para seguir moldeando la blancura, rasgándola, masticándola hasta que sucede el milagro.
Ese milagro que los maestros de arquitectura llaman “el salto al vacío” y que escuche a un poeta llamar “la mordida del diablo”. Siento como un dulce piquete de venenosa psicodélia. Encuentro entonces un hilito luminoso que voy siguiendo y voy desenredando la madeja explosiva de ideas y conceptos entramados en mi cabeza. Ya no temo más la blancura que se ha quedado, en un principio, hecha un guiñapo, una masa sanguinolenta que deja vislumbrar algo grande y hermoso.
Queda mucho por trabajar antes de que se convierta en un proyecto, un cuento o un poema. Pero el paso sobre el puente místico que conecta mi cosmos interior con el papel se ha dado.
He vencido.
31 marzo 2008
Alas
Entro volando por la ventana y recorrió casi toda la estancia, tratando de escapar de esos dos que lo querían atrapar. Finalmente se metió en el carrito del mercado.
Que pájaro tan estúpido, ahí lo atraparon al instante. Rápidamente fue metido en una flamante jaula que mi hermana compró especial para él.
No era una ave cualquiera. Siempre pensé que un pájaro azul era una exageración, pero este tenía unas plumas de un azul tan brillante como un mini cooper nuevo.
Sorprendió a todos que llegada la primavera Carlitos – como lo bautizó mi hermana- disparó de su garganta un canto espectacular. Pronto se robó el cariño de mi padre. Lo asistía todas las mañanas, le daba su alimento y agua y le hablaba, y Carlitos respondía con silviditos cortos las atenciones del viejo. No sé si a eso se le puede llamar una amistad, digamos que sí, tenían una amistad envidiable.
Mi padre a pesar de sus años siempre fue un chamaco y una de sus aficiones era subirse al árbol de duraznos a cosechar su tesoro que esperaba pacientemente año con año. Dos años después de la llegada de Carlitos mi padre cayó del árbol y tuvo fractura expuesta de un tobillo.
Fue internado pero no lo atendieron pronto y pasábamos los días en el hospital con él.
Sucedió que regresé a la casa por unos papeles y vi un pajarito muy parecido a
Carlitos en el patio. ¡Que bien, vino su pareja a buscarlo! seguro es hembra, tendremos la parejita! –claro que nunca supimos si en realidad era Carlitos o era Karlita- Que iluso fui, no era la pareja de Carlitos, era Él mismo que había salido de la jaula. Supongo que buscaba a su viejo amigo, mi padre.
Traté de atraparlo, vana operación. Hábilmente me evadió y voló a lo mas alto de la casa. Nunca lo volvimos a ver. Creo que la noticia le dolió más a mi papá que su tobillo.
Después de todo el pájaro no era tan estúpido, siempre tuvo la opción de salir de la jaula, pero todo este tiempo decidió quedarse a ser querido.
Ahora me encuentro así, sin tu jaula que tanto me gustaba. Pero me siento libre, por ahora no quiero otra. Voy donde el viento es más fresco, donde el sol sea muy brillante, donde están mis amigos.
27 febrero 2008
tratando de ser otro pero el mismo
Levanto la cabeza y abro los ojos.
He recibido el golpe mas duro que jamás había imaginado, el haberte ido de mi lado. Es muy duro aprender a chingadazos, pero tal vez es la única forma que la vida te enseña.
Hoy me enseña que no puedo seguir siendo un chamaco y no valorar las cosas importantes.
Pero este camino jamás se detiene y opto por seguir, pero también elijo crecer, aceptar que toda acción tiene una reacción, digerir los errores y trabajar en ser mejor ser humano.
Lamento muchísimo no haber crecido a tu ritmo.
Lo único positivo de todo esto es que tengo a mis amigos que, como una vez lo escribí, con sus brazos mantienen unidos estos añicos en los que me convertí, que sus palabras sellan los huecos por donde escapan mis lágrimas, ya mudas, invisibles, desde que apreté muy fuerte los ojos.
A ellos les envío desde este pequeño espacio perdido en la infinitud de la red, mi más profunda gratitud y amor.
Adiós hermosa, me despido sin dejar de amarte. Te deseo lo mejor y te agradezco por toda esa felicidad que me diste que también me sirve para crecer.
Con los puños apretados
con la cara endurecida
y este amargo en la saliva, uhh
Aquí voy en esta nube gris
con tanta necedad, echando chispas
exiliado en el descaro de vivir
como un tumor maligno, en tu sonrisa.
Veras que no estoy solo
Somos muchos los proscritos
los bastardos, los malditos, uhh
Y estoy aquí, oculto en el rincón de lo prohibido
pensando en ti, tratando de ser otro, pero el mismo.
Francisco Barrios "El mastuerzo"
23 febrero 2008
espacio escultorico en isla mujeres
09 febrero 2008
ellas y tu
Cada una tiene su personalidad, Niurka es fuerte, briosa, como dicen pues, brava. Su carácter revela que creció en la calle, de inteligencia vivaz, pero reservada. Tardó más tiempo en aceptarme.
En cambio Biotita, la hija de Niurka, es asustadiza, chiqueada y caprichoza. Ella me aceptó de inmediato. Y me robó el corazón. Se me entregó toda de una sola mordida, creo que en eso se parece mucho a ti, teníamos una relación muy feliz, me hacía mimos y caricias con su lengua, yo también la mimaba.
Un día que Biotita cagó mi recámara, quise educarla y la regañé y le di un manazo. Supongo que en el lenguaje de los perros fue la peor afrenta jamás cometida contra un ser de su especie. Tal vez ella muy a su manera quería hacer mi habitación más territorio suyo, no supe interpretar y desde entonces me ve con recelo, nunca me perdonó, creo que en eso también es igualita a ti. Nuestra relación nunca volvió a ser igual, un día se acabó la perfección.
A veces en las noches salimos al parque, y yo me siento bajo los árboles, mientras ellas exploran y juguetean, no sé, tal vez intuyen que pienso en ti y se acurrucan a mi lado y me miran. Niurka con sus ojos me dice que me quiere, que sea fuerte, que hay que echar pa’lante y Biotita me mira de una manera que yo interpreto como que me quiere, pero jamás podrá hacerlo como antes por que el pasado se lo impide. Igualito que tú.
18 enero 2008
dime
si mi lengua no vuelve a nacer en tu espalda?
ni mis brazos serán mas tu cueva?
si mi boca no quemará tu oreja?
Dime para que me sirve
si tu risa no inventará mi espacio
ni tu locura alimentará mis días
si tu música no llenará mi pecho.
No me sirve
no robarte la vida con los labios
no tocarte el alma con los dedos
ni atraparte con mis sueños.
No me sirve.
10 enero 2008
en la maleta
A Víctor le recorrió un frío amargo por todo el cuerpo, sintió como si una rata le hubiera trepado por las tripas hasta la garganta, en el momento en que ella le ordenó con ese tono molesto que tanto lo intranquilizaba –quiero todas mis cosas de vuelta-
Sólo la miró y la rata imaginaria le impidió emitir sonido, si acaso un chillido seco y casi inaudible.
Ya en su habitación recolectó con una minuciosidad casi arqueológica los fragmentos de su vida impregnada en varias fotografías, tickets de conciertos, libros etc. los metió en una maleta con un cuidado, respeto y un dolor funerario.
-“Diablo guardián” como me gustaba leerlo junto contigo- pensaba mientras metía el libro en la maleta.
-ah este viaje a Tepoztlán me gustó mucho- continuaba removiendo en su cabeza todos los recuerdos y sentimientos mientras seguía acomodando las fotografías, los discos.
Cuando tomó la rata de esponja que ella le regaló en su cumpleaños, lo dudó un poco, quiso quedársela y que le recordara cuanto rieron juntos ese día asustando a la gente afuera del cine, pero al final pensó que a ella le gustaría tenerla y que sonriera cada vez que se topara con la rata. –Seguro quedará por ahí arrumbada, la destrozarán los sobrinos-.
Cerró la maleta y la llevó con cuidado, tuvo la sensación de que pesaba mucho más de lo que debería. Sintió como si esa molestia en la garganta se hubiera ido también dentro de la maleta.
Lo que Víctor nunca supo, fue que, todo ese sentimiento que salto de su garganta al interior de la maleta, se fundió con el juguete de esponja, la rata cobró vida y en el transcurso fue comiéndose las fotografías, empezó por las mas antiguas que son las de mejor sabor, mordisqueaba todo lo que encontraba, los libros le divertían más, los discos le causaban molestia en los dientes. Encontró algunos objetos amargos que dejó intactos.
El momento de encontrarse fue tenso, él le entregó la maleta, sin hablar de nada importante, sólo se miraron largo rato. Ella se quedo de pié mientras veía cómo se alejaba Víctor.
Su curiosidad siempre fue desmedida, no esperó a llegar a la casa, ahí mismo sobre el césped abrió la maleta. Y encontró entre los destrozos una rata enamorada de la magia de su risa, de su aroma y de la tibieza de ojos.
01 enero 2008
visión profética
y entonces comprende como estan de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo.
Letra: César Isella